Se trata de un itinerario muy frecuentado que se lleva a cabo saliendo principalmente de los arcenes del lago de Puigcerdà. Su recorrido, rodeado de árboles y con buenas vistas de la Cerdanya, recorre la red de Senderos de Cerdanya y un tramo de la acequia que transporta el agua en el estanque.
Situados en la plaza de en Dionis Puig, en la parte noreste del lago de Puigcerdà, seguimos las indicaciones de los rótulos de Senderos de Cerdanya que nos marcan la dirección del camino de Ur (itinerario 221). Así pues, tomamos la dirección de este camino (norte), y dejamos a la derecha la edificación de la Villa San Antonio, la que se encuentra dentro del itinerario de la Ruta Literaria Ruiz Zafón de Puigcerdà. Pronto dejamos las últimas casas de la villa y nos dirigimos hacia el edificio del Hospital Transfronterizo de Cerdanya.
Pasado este hospital, las vistas de las montañas situadas al norte de la Cerdanya, Puigpedrós, Coll rojo, Pico del Moro, etc., son espectaculares. El camino asfaltado continúa hasta llegar a un cruce de caminos donde encontramos la acequia y más letreros indicadores. En este lugar hay que girar a la derecha y coger el itinerario marcado con el número 222, con el nombre de "El Camino de los Enamorados", (1.6 km). Este recorrido recorre un tramo de la acequia y es muy bonito, sobre todo en otoño, ya que se encuentra completamente rodeado de árboles, que le otorgan un aspecto bastante bucólico.
A medio camino de los Enamorados, podemos seguir por este camino, o si queremos, podemos desviarnos a la izquierda para tomar otra pista sin asfaltar, que nos lleva a la plaza donde se encuentra la iglesia de Santiago de Rigolisa, con una capilla de estilo neogótico que consta de tres partes: una cripta bajo el presbiterio, la propia capilla, y un campanario cuadrado de 17 m de altura.
Dejamos atrás este lugar y tomamos, hacia el oeste, un ancho paseo, rodeado de Populina, con un trazado que nos conduce nuevamente a la finalización del paseo de los Enamorados, en este caso, en la entrada sur. Desde aquí, seguimos el paseo de Rigolisa, de nuevo con la acequia a nuestra derecha y, amparados por la amplia estructura de la pared que custodiaba la antigua cárcel de Puigcerdà, llegamos nuevamente al trazado de la Ruta Zafón y al punto de salida.
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