Porcingles | Canejan | Pontaut

Porcingles | Canejan | Pontaut

Un paso por uno de los Valles más salvajes de la Val d’Aran nos permite imaginar como transcurría la vida en este lugar hace tan sólo unos años. Llegó a albergar 9 núcleos de los que prevalecen 4 habitados todo el año. Sus caminos se utilizaban como vía principal de contrabando. Era también la salida más rápida hacia Francia del mineral que se extraía, desde las minas de Liat a 2.300m de altitud, por una línea de cable aéreo de 14km, hasta Pontaut. Se transita por el camino viejo que une los pueblos de Porcingles, Canejan y Pontaut. Un flanqueo con gran riqueza de vegetación donde destacan fresnos, robles, arces, tilos o cerezos y arbustos como retama, zarzas, helechos, endrinos o rosales silvestres. Es un magnífico mirador sobre Era Lana de Les y el macizo de La Maladeta, contrastando con el bosque de haya, abeto y pino negro en las laderas del Monlude, que se levanta en la vertiente opuesta al Valle de Toran. Valle donde se puede escuchar el peculiar canto del urogallo o la ” berrea”, el ronquido de apareamiento del ciervo.

Recorrido detallado:

En Porcingles empieza el recorrido. Desde el indicador del GR-211 se sigue a la izquierda dirección Canejan. El camino bien trazado parece acolchado, por la hierba que crece. Fue camino de carretas empedrado y equipado con muros de contención. Se flanquea la montaña. Esta parte es poco accidentada, hasta entrar por arriba al pueblo de Canejan ( marcas de GR o de Pr). Se atraviesa el pueblo por la carretera de acceso hasta encontrar a la derecha el Carrèr dera Carrèra que indica el camino, antaño empedrado, en dirección a Pontaut. Se emprende el fuerte descenso por la llamada ( Còsta de Canejan), salvando un desnivel de 300m con más de una treintena de ” marrecs”. Se llega hasta un ” santet ” y un abrevadero. Más adelante el “bocard” y las antiguas edificaciones mineras. Por la carretera se llega a Pontaut.

Recomendaciones:

En Canejan, la visita al pueblo y el mirador, con vistas panorámicas sobre Era Lana de Les y el macizo de la Maladeta. Acercarse hasta el encantador pueblo de Sant Joan de Toran y Era Honeria, habiliatdo como refugio de montaña.

Curiosidades:

Se llaman ” marrecs” a las curvas de los caminos que trazaban para salvar fuertes desniveles de terreno. Los ” bocard”, eran los lavaderos de mineral donde mujeres y niños trabajaban en la dura tarea de separar el mineral útil de la “ganga”, roca inservible. La iglesia, que ha sufrido diversas reformas está dedicada a Sant Sernilh. Según la tradición fue uno de los primeros en predicar el cristianismo en estas tierras. Dicen que era un curandero con poderes para sanar, dedicado a hacer el bien. Todos los que se dedicaban a las artes curativas lo tenían como patrón.


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  • Un paso por uno de los Valles más salvajes de la Val d’Aran nos permite imaginar como transcurría la vida en este lugar hace tan sólo unos años. Llegó a albergar 9 núcleos de los que prevalecen 4 habitados todo el año. Sus caminos se utilizaban como vía principal de contrabando. Era también la salida más rápida hacia Francia del mineral que se extraía, desde las minas de Liat a 2.300m de altitud, por una línea de cable aéreo de 14km, hasta Pontaut. Se transita por el camino viejo que une los pueblos de Porcingles, Canejan y Pontaut. Un flanqueo con gran riqueza de vegetación donde destacan fresnos, robles, arces, tilos o cerezos y arbustos como retama, zarzas, helechos, endrinos o rosales silvestres. Es un magnífico mirador sobre Era Lana de Les y el macizo de La Maladeta, contrastando con el bosque de haya, abeto y pino negro en las laderas del Monlude, que se levanta en la vertiente opuesta al Valle de Toran. Valle donde se puede escuchar el peculiar canto del urogallo o la ” berrea”, el ronquido de apareamiento del ciervo.

    Recorrido detallado:

    En Porcingles empieza el recorrido. Desde el indicador del GR-211 se sigue a la izquierda dirección Canejan. El camino bien trazado parece acolchado, por la hierba que crece. Fue camino de carretas empedrado y equipado con muros de contención. Se flanquea la montaña. Esta parte es poco accidentada, hasta entrar por arriba al pueblo de Canejan ( marcas de GR o de Pr). Se atraviesa el pueblo por la carretera de acceso hasta encontrar a la derecha el Carrèr dera Carrèra que indica el camino, antaño empedrado, en dirección a Pontaut. Se emprende el fuerte descenso por la llamada ( Còsta de Canejan), salvando un desnivel de 300m con más de una treintena de ” marrecs”. Se llega hasta un ” santet ” y un abrevadero. Más adelante el “bocard” y las antiguas edificaciones mineras. Por la carretera se llega a Pontaut.

    Recomendaciones:

    En Canejan, la visita al pueblo y el mirador, con vistas panorámicas sobre Era Lana de Les y el macizo de la Maladeta. Acercarse hasta el encantador pueblo de Sant Joan de Toran y Era Honeria, habiliatdo como refugio de montaña.

    Curiosidades:

    Se llaman ” marrecs” a las curvas de los caminos que trazaban para salvar fuertes desniveles de terreno. Los ” bocard”, eran los lavaderos de mineral donde mujeres y niños trabajaban en la dura tarea de separar el mineral útil de la “ganga”, roca inservible. La iglesia, que ha sufrido diversas reformas está dedicada a Sant Sernilh. Según la tradición fue uno de los primeros en predicar el cristianismo en estas tierras. Dicen que era un curandero con poderes para sanar, dedicado a hacer el bien. Todos los que se dedicaban a las artes curativas lo tenían como patrón.

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