La ruta comienza por un tramo asfaltado y baja por antiguos huertos y campos de hierba. Seguimos en dirección al barranco y entramos en una zona ombría de robles y bojes. A la derecha, dejamos el camino que llevaría al puente dels Obacs y atravesamos el torrente.
Salimos a la carretera, a unos 50 metros antes de la entrada al pueblo de Castell-estaó. Allí mismo empieza la ruta que nos llevará a Antist.
Este camino transcurre entre muros de piedra durante casi todo el recorrido. Sin embargo, a unos 100 metros después del pueblo, el camino confluye a una pista, que vuelve a dejar un poco más adelante. Iniciamos el ascenso. Observamos un conjunto de cerezos de grandes dimensiones y nos adentramos en un robledal maduro. Atravesamos un barranco seco, pero con vegetación de ribera.
Seguimos la ruta entre muros y bojes, y cruzamos un segundo barranco. Igual que en el anterior, vemos un conjunto de chopos que destacan por su altura. Llegamos a una pista y la seguimos. Volvemos a enlazar con el camino que sigue a la pista y, a los pocos metros, desembocamos ya en el pueblo de Antist.
La ruta comienza por un tramo asfaltado y baja por antiguos huertos y campos de hierba. Seguimos en dirección al barranco y entramos en una zona ombría de robles y bojes. A la derecha, dejamos el camino que llevaría al puente dels Obacs y atravesamos el torrente.
Salimos a la carretera, a unos 50 metros antes de la entrada al pueblo de Castell-estaó. Allí mismo empieza la ruta que nos llevará a Antist.
Este camino transcurre entre muros de piedra durante casi todo el recorrido. Sin embargo, a unos 100 metros después del pueblo, el camino confluye a una pista, que vuelve a dejar un poco más adelante. Iniciamos el ascenso. Observamos un conjunto de cerezos de grandes dimensiones y nos adentramos en un robledal maduro. Atravesamos un barranco seco, pero con vegetación de ribera.
Seguimos la ruta entre muros y bojes, y cruzamos un segundo barranco. Igual que en el anterior, vemos un conjunto de chopos que destacan por su altura. Llegamos a una pista y la seguimos. Volvemos a enlazar con el camino que sigue a la pista y, a los pocos metros, desembocamos ya en el pueblo de Antist.