La ruta la iniciaremos en la parte vieja del pueblo, al final de la calle la Iglesia, tomando la dirección Punta de la Selva y Cenarbe. Está perfectamente marcado y aunque no entraña ninguna dificultad el sendero al principio es ascendente y transcurre por la sombra.
Es una ruta sencilla, circular, con desnivel y con el aliciente de conocer el despoblado de Cenarbe, en el que actualmente sólo quedan en pie los restos de la iglesia de San Pedro, ya que las casas fueron dinamitadas en los años ochenta. Además, podremos visitar la ermita de San Juan de Izuel y el viaducto de Villanúa.
En días de mucho calor, la vuelta por la pista se puede hacer un poco larga y pesada sobre todo si vamos con niños. Esta pista enlazaría con el Camino de Orbil.
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