La ermita fue trasladada debido a la construcción del embalse de Rialb.

Se trata de una ermita románica del siglo XI que actualmente se encuentra en muy buen estado de conservación.

Su sencillez estructural y constructiva, hace que sea una obra concebida y ejecutada sin grandes pretensiones arquitectónicas, pero perfectamente integradas en las formas  constructivas de principios del siglo XII, ancladas en la tradición del siglo XI.

Presenta una sola nave con cubierta de bóveda de cañón y acabada en ábside semicircular orientado a levante en el que se abre una ventana, ésta junto con otro vano abierto en el muro opuesto en forma de cruz latina, son la única vía de entrada de luz natural en el interior del templo.

La ermita no tiene unas grandes dimensiones, cuenta con unos 10 metros de largo por 4,5 metros de ancho y carece de decoración exterior.

El tejado es uniforme a un solo nivel y hecho de laja. En la fachada se conserva agujeros de andamios debidos a su construcción.

El edificio se ha restaurado y se ha recuperado la puerta original de arco de medio punto.