El molino de Chuaquín

El molino de Chuaquín

Te encuentras en la partida del Molino. Este edificio es un antiguo molino harinero rehabilitado. En la actualidad acoge la Oficina de Turismo, una exposición de fósiles marinos, un espacio museístico dedicado al viejo molino, al municipio con sus tradiciones y modos de vida y una zona sobre el parchís.   El molino harinero La maquinaria para la molienda se accionaba mediante rodetes, aunque avanzado el siglo XX se fueron sustituyendo por turbinas eléctricas que aligeraron considerablemente el trabajo. Era imprescindible un caudal constante que podía proceder de una man
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  • Te encuentras en la partida del Molino. Este edificio es un antiguo molino harinero rehabilitado. En la actualidad acoge la Oficina de Turismo, una exposición de fósiles marinos, un espacio museístico dedicado al viejo molino, al municipio con sus tradiciones y modos de vida y una zona sobre el parchís.

     

    El molino harinero

    La maquinaria para la molienda se accionaba mediante rodetes, aunque avanzado el siglo XX se fueron sustituyendo por turbinas eléctricas que aligeraron considerablemente el trabajo. Era imprescindible un caudal constante que podía proceder de una manantial o del río, siendo desviado hasta aquí por una acequia. En este caso, se abstece de la misma con la que se regaban los huertos.

    El agua, antes de entrar al molino se represaba en una balsa. A mayor cantidad almacenada, mayor duración de la molienda.

     

    El agua, al caer con gran presión sobre el rodete, movía este y el eje que lo unía directamente con la piedra volandra. Al girar sobre la muela fija o durmiente, empezaba la molienda. Ambas piedras estaban protegidas por un guardapolvo (caja de madera que impedía el desparrame de la harina). 

    El trigo se dejaba caer sobre las muelas desde una tolva.

     

    El constante rozamiento de las piedras hacía que los relieves de su superficie se erosionaran (la volandera alcanzaba la tonelada de peso y giraba a más de 100 revoluciones por minuto).

    Por ello, cada cierto tiempo debían repicarse. Para moverlas se empleaba una grúa o gancho llamado cabra.

    Este molino dejó de funcionar a mediados de la década de 1940.

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